¿Era el Imperio Galáctico realmente malvado? Una reflexión desde la objetividad más subjetiva

El bien contra el mal

Star Wars (1977) Original Forty by Sixty Movie Poster - Original ...Está claro que las historias de Star Wars, como muchos otros relatos de fantasía, se centran en la batalla entre el bien y el mal. Las películas, de hecho, suelen enfocar sus conflictos de esta manera con bastante claridad.

Empezando por la trilogía original, tenemos al malvado y opresor Imperio. Es un régimen dictatorial que coarta las libertades y trata mal a sus habitantes. Por otro lado, está la Alianza Rebelde. Es un grupo de personas que desean acabar con el Imperio y volver a una república democrática.

En la trilogía de precuelas, el enfoque principal está en la República Galáctica. Aunque esté empezando a mostrar brotes de su corrupción y fallas, es un gobierno democrático y que da la voz a todos. Frente a él, está la Confederación de Sistemas Independientes o Separatistas, una facción que desea independizarse de la República a toda costa, incluso utilizando un ejército de droides y arrasando mundos.

Es en la trilogía de precuelas donde esta dicotomía entre el bien y el mal está algo más cuestionada. Al fin y al cabo, es Palpatine quien gobierna ambas partes, provocando la guerra y siendo responsable de todas las muertes.

También en esta trilogía presenciamos la caída de Anakin Skywalker al lado oscuro. ¿Cómo puede ser que uno de los protagonistas (del bien) caiga al mal? Es algo bastante interesante que rompe esta dualidad siempre presente.

Star War: Episodio IX - La Primera Orden podría esconder otra ...
La Primera Orden pudo crecer en parte gracias a la pasividad de la Nueva República.

Finalmente, en la trilogía de secuelas, se vuelve un poco a la dinámica de las originales. La Primera Orden, sucesores del Imperio en espíritu y objetivos, son el mal: secuestran niños, los adoctrinan y masacran mundos para cumplir sus objetivos. La Resistencia, por otra parte, es la sucesora de la Rebelión.

La Nueva República, desmilitarizada y con cada vez más corrupción e intereses personales entre sus senadores, decide no enfrentarse a la amenaza que supone la Primera Orden. Aseguran que no es para tanto o simplemente deciden mirar a otro lado.

Es la Resistencia, con miembros fundadores de la Nueva República y con héroes de la Rebelión, la que decide levantarse en armas (con prácticas muy similares a la de la Alianza) para enfrentarse a la Primera Orden.

La única vez que se cuestiona este paradigma en la trilogía es en el Episodio VIII. Finn y Rose descubren en Canto Bight que se suministra por igual Alas-X y Cazas TIE (como metonimia de toda la maquinaria militar). Es una suerte de crítica a la guerra, se pone sobre la mesa la cuestión de que los conflictos a gran escala solamente existen por intereses económicos.

Quizás, el verdadero villano en esa guerra sea el complaciente poder económico, resguardado a una distancia segura mientras los demás mueren. Lo único que les importa, en fin, es seguir ganando dinero a costa de la sangre de otros.

Pero no sigamos por aquí, que es muy fácil sacar paralelismos con el mundo real y hoy hemos venido a evaluar la idoneidad de los villanos de la galaxia de Jar Jar.

Entonces, y en conclusión, Star Wars es una historia de conflicto, un relato de dicotomías y un retrato de que el bien acaba venciendo siempre al mal (al menos en estas historias).

Si esto es verdad y tenemos que cogerlo como la prueba infalible de que el Imperio es malvado, este artículo se terminaría aquí, ¿no? Pues la cuestión es que no es tan sencilla. O igual es que busco complicarla.

Voy a dividir mi “análisis” en tres partes. En cada una de ellos iré comentando una problemática, para luego dar una conclusión general y dar, así, mi opinión.

¿Es el Imperio Galáctico un gobierno legítimo?

Para empezar, quiero aclarar que no pretendo hacer del abogado del diablo. Por supuesto que no se me escapan los tejemanejes y movimientos de Palpatine para hacerse con el poder. Veamos desde dónde alcanza su influencia.

Diez años antes de las Guerras Clon, con la crisis del bloqueo en Naboo, la pasividad del Canciller Supremo de entonces (Finis Valorum) le costó su popularidad. Fue, entonces, cuando, mediante una moción de la Reina de Naboo, Padmé Amidala, se presentó una moción de censura contra Valorum con el objetivo de sacarlo de su puesto.

6 of Palpatine's Key Manipulations | StarWars.com
Palpatine manipulando a Padmé para que tome medidas drásticas.

En esos tiempos, Sheev Palpatine era el senador de Naboo. Vemos claramente en pantalla cómo manipuló a Amidala para tomar la acción que tomó, mientras que en las sombras orquestaba todo lo referente al bloqueo del planeta. Y es que era, por un lado, un amable y efectivo senador, mientras que, por otro, era un Lord Sith que dirigía a la Federación de Comercio en sus movimientos.

En el canon no sabemos mucho sobre la participación de Plagueis en estas actividades, pero se nos hace entender que murió sobre esta época, quizás algo antes. En cualquier caso, la mente maestra de la caída de Valorum fue Palpatine.

Así, en una moción en contra de los denominados “burócratas”, el Canciller fue destituido y, en su lugar, Palpatine ascendió a ese tan anhelado puesto. La República era suya.

Tenemos que tener en cuenta que, para tiempos de la crisis en Naboo, el papel del Canciller Supremo era el de uno sin poder o influencia. Era una figura meramente representativa, a diferencia de lo que buscaba Palpatine.

Reseña de 'Star Wars: Propaganda'
Con la crisis separatista, Palpatine fue acumulando poderes.

El futuro Emperador actuó de Canciller durante dos mandatos. Al mismo tiempo, fue preparando lentamente al movimiento separatista con el objetivo de iniciar una guerra. Este conflicto le sirvió para modificar la Constitución Galáctica y poder permanecer en el poder más tiempo que el establecido.

A lo largo de la guerra, además, fue invocando los poderes de emergencia. Estas facultades le daban control directo sobre sectores antes relegados a papeles más burocráticos o parlamentarios, como podría ser la Banca o el control del ejército.

Para el fin de la guerra, Palpatine era un dictador en todo salvo en el nombre. Tenía plenos poderes en muchas actividades y su mandato se había pospuesto indefinidamente. Él prometió, aun así, que “amaba la democracia” y que relegaría el puesto a otro en cuanto terminara el conflicto.

Pero, como todo alrededor de Palpatine, aquello era una gran mentira. La Orden Jedi, cada vez más inquietos por la injerencia del Canciller en sus asuntos y en muchos otros, empezó a investigarlo y a vigilarlo de cerca.

Junto a ellos, la Delegación de los 2.000, un grupo de senadores recelosos con la dirección que estaba tomando la República, comenzó a protestar por las acciones de Palpatine.

Con el pretexto de que los Jedi habían intentado atentar contra su vida, los declaró enemigos de la República, eliminando al mayor obstáculo que quedaba para alcanzar el pleno poder. Por otro lado, anunciando que la guerra había terminado, y justificándose en que buscaba mantener la paz perpetua, reorganizó la República en el Imperio, convirtiéndose él en Emperador.

Las implicaciones que tenía esto era la de que iba a haber una transición de gobierno. El nuevo régimen, según había prometido, iba a ser configurado en un Emperador de por vida elegido por el Senado. Al final, la única diferencia con la República iba a ser que el Emperador sería algo como un Canciller con poderes de emergencia perpetuos.

Sobre el papel no les sonaba tan mal, sobre todo habiendo venido de unos cuantos años de crisis e inestabilidad política. Pero, volviendo a o que se ha dicho antes, eso también era una gran mentira. Poco a poco, el Emperador fue dejando al Senado a un lado, dirigiendo, efectivamente, al Imperio por su cuenta.

Galactic Senate | StarWars.com
El Senado Galáctico en Coruscant

Entonces, ¿era el Imperio un gobierno legítimo? Pues yo diría que a priori sí. Palpatine fue recibiendo facultades de emergencia por el método legal, con la aprobación del legislativo (el Senado) y con causas justificadas.

Luego, la transición al Imperio también fue llevado por un camino a todas luces “democrático”. Palpatine propuso esa radical reforma y el Senado (o su mayoría) le dio la bienvenida con aplausos y ovaciones. Que se fuera a redactar una nueva Constitución, además, significaba un plus de confianza hacia el nuevo régimen.

En fin, que hay regímenes dictatoriales que han empezado por peor pie. Al menos, con el Imperio, los primeros momentos parecieron buenos.

Luego, no tenemos que olvidar, y yo no olvido (que parece que estoy justificando el fascismo espacial) que todo aquello fue causado por manipulaciones de Palpatine mediante prácticas más bien ilegales. Así que, si cara al público la transición fue ordenada y conforme a la legalidad, sus motivos y sus consecuencias fueron nefastas.

Legitimidad: Todo lo que puede serlo.

¿Es la Alianza Rebelde un movimiento legítimo?

No, son unos traidores y unos terroristas.

Ahora en serio, la mejor forma para explicar lo que es la Rebelión es acudir a una figura análoga en nuestro bello y azul planeta Tierra.

Alliance High Command | Wookieepedia | Fandom
Los altos mandos de la Rebelión

En el Derecho Internacional Público existe la figura del movimiento de liberación nacional. Estos son grupos, normalmente armados, que buscan la independencia o soberanía política de un territorio en particular.

Normalmente, son grupos que se levantan contra un dominio colonial o racista, pero también pueden darse en aquellos lugares bajo ocupación militar. En cualquier caso, el uso de la fuerza lo tienen permitido por la ONU debido a sus objetivos.

¿Podría considerarse la Alianza Rebelde un movimiento de liberación nacional? Pues la verdad es que tenemos varios argumentos a su favor.

En primer lugar, su principal objetivo es el de restaurar la República Galáctica (de ahí su nombre: Alianza para Restaurar la República) y destruir al Imperio. Sus objetivos y convicciones aparecen mejor definidos en la propia Declaración de Rebelión:

«Nosotros, la Alianza Rebelde, por lo tanto en el nombre—y por la autoridad—de los seres libres de la Galaxia, solemnemente publicamos y declaramos nuestras intenciones:

Luchar y oponernos a usted y sus fuerzas, por todos los medios a nuestra disposición;

Rehusar cualquier ley Imperial contraria a los derechos de los seres libres;

Traer su destrucción y la destrucción del Imperio Galáctico;

Hacer por siempre libres a todos los seres de la galaxia.

Para estos fines, comprometemos nuestra propiedad, nuestro honor, y nuestras vidas.»

Liberation of Coruscant (Galactic Civil War) | Wookieepedia | Fandom
Liberación de Coruscant en la continuidad de Leyendas

Queda claro que la Rebelión busca destruir al Imperio bajo el pretexto de las políticas imperiales, entre las que se encuentran el racismo institucional, la esclavitud, el autoritarismo y la opresión de voces contrarias al régimen.

Esto nos haría pensar, casi de inmediato, que la Alianza es un movimiento de liberación nacional, ya que varios de los grupos pertenecientes a este grupo luego abandonarían la Nueva República, optando por una vía separada y soberana.

Quizás no es tanto un movimiento de liberación nacional, pues busca la total destrucción del Imperio y no el abandono del mismo de unos territorios reclamados, pero es una buena analogía para comparar sus acciones con un referente de la realidad. En cualquier caso, que el Imperio sea un gobierno racista nos acerca enormemente a esta institución.

Sin más preámbulos, existen posibles contraargumentos que podrían esgrimirse en contra de la Rebelión. El Imperio insiste en denominarlos terroristas para desacreditar su lucha y marcarlos como el enemigo. Sin embargo, la Rebelión no ha funcionado nunca como un grupo terrorista.

¿No?

Un claro caso lo tenemos en la serie Rebels, en la primera temporada. Recordemos que esta serie estaba, sobre todo al principio, pensada para los más pequeños.

En el Día del Imperio (aniversario de su fundación) los protagonistas colocan una serie de explosivos en el desfile, haciendo que detonen en mitad del mismo, poniendo en peligro a civiles y militares por igual. Está claro que es un mensaje al Imperio, pero en otro contexto no dudaríamos de calificarlo como un atentado terrorista.

No hay muchos más testimonios en ese sentido, pues los sectores más radicales (como el de Saw Gerrera) escindieron de la Alianza en un momento temprano.

En conclusión, la Alianza Rebelde es un movimiento legítimo con aspiraciones justas y democráticas. La gran mayoría de sus ataques fueron contra objetivos militares imperiales, por lo que escaparían de ser denominados terroristas, por mucho que la propaganda imperial se esfuerce.

¿Es el Imperio una facción malvada?

Para acabar con el humilde análisis, en este apartado se pretende hacer ver que un estado es algo más que sus gobernantes. No nos cabe duda que gran parte de la cadena de mando imperial es malvada o, por lo menos, cuestionable.

Wilhuff Tarkin | Star Wars Wiki | FandomPalpatine, Vader, Tarkin, la Inquisición… Son conscientes de que realizan actos moralmente deplorables, pero no les importa. Matan, sacrifican, sabotean o queman cuando les convenga, sea por el Imperio, por los Sith o por beneficio propio.

De hecho, lo más preocupante del Imperio no es la clara maldad estereotípica de sus gobernantes, sino las políticas reminiscentes de otras no tan lejanas de nuestra propia historia.

El Imperio ha dado prioridad a la humanidad por delante de las demás especies hasta límites monstruosos. Muchos mundos son, en tiempos de este régimen, planetas de esclavos trabajando para obtener o refinar recursos para seguir alimentando la maquinaria imperial.

Todo rastro de los procesos democráticos ha desaparecido, pasando a un autoritarismo clásico. Incluso, tras la muerte del Emperador, el sistema de gobierno pasa a ser el de una Junta Militar. El Imperio no fue concebido para ser democrático y no lo será.

Sin embargo, y para complicar un poco la resolución de esta pregunta, el Imperio no tiene por qué ser en su totalidad malvado. Tenemos varios ejemplos de funcionarios o militares que no entran dentro del arquetipo de persona perversa y mala, sino que son gente realizando sus tareas.

Un funcionario que lleva a cabo papeleo burocrático no es un villano. Un oficial que patrulla en una corbeta vías comerciales no temible. Un político que intenta hacer lo que sea desde los aparatos disponibles no es un enemigo.

Se nos presenta un problema similar sobre si todos los ciudadanos de la Alemania de los años 30 eran de esa infame ideología.

¿Hasta qué punto la propaganda había afectado la percepción de sus ciudadanos? ¿A qué tipo de lavado de cerebro se habían sometido los soldados de asalto para aceptar todas las órdenes que les mandaran? ¿A dónde fue todo el espíritu demócrata republicano?

Antes he dicho que el Imperio jamás podría ser un estado democrático. El Imperio, y con esto me acerco al final, es una versión de la República en la que el miedo, el populismo y el conflicto ha vencido a la racionalidad, la democracia y la convivencia.

The Best Holidays and Celebrations in the Galaxy...and Empire Day ...
La celebración de los ciudadanos de Coruscant por la victoria rebelde en Endor y las muertes de Palpatine y Vader

El ciudadano medio no es responsable de las acciones de los gobernantes, pero ha sido víctima y colaborante (inducido) para que ellos hayan llegado a poder estar ahí. Que el Senado estuviera aplaudiendo al giro autoritario de Palpatine es una prueba de ello.

Palpatine gestó una serie de crisis para que su ideología, sus soluciones y sus vías sonaran como la mejor idea aprovechándose de los temores y las inquietudes de los ciudadanos. Afortunadamente, siempre hubo un sector, el de los más oprimidos y los más concienciados, que resistió a plegarse a la ideología de Palpatine.

De ahí, primero la Delegación de los 2.000 y luego la Alianza Rebelde, el espíritu verdaderamente republicano jamás murió, sino que esperó. Esperó a que fuera el momento adecuado para levantar la voz y declamar que el Imperio no era lo que quería la mayoría.

Y, con esto, se responde con una resolución muy inconclusa, a la pregunta formada en este apartado.

Sinceramente, no sé si tiene sentido lo que he dicho, pero es como lo veo yo. Siempre hago bromas con que el Imperio es lo mejor y que los rebeldes son terroristas, pero la inspiración de Lucas por nuestro mundo real es tan clara que cuando te metes a pensar sobre ello, se te ponen los pelos de punta.

 

En conclusión: vámonos de la República y nos olvidamos de todos estos fregados.

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